Si algo caracteriza a la Isla de Ibiza es, sin duda alguna, su carácter abierto, relajado, muy social. Buena cuenta se dieron los primeros hippies que llegaron en los años 60, pero hoy en día Ibiza acoge un turismo muy variado entre el que destacamos el público gay.

La liberación sexual que vivió la Isla con la llegada del turismo extranjero asentó a partir de los años 60 hasta hoy una cultura en la que se ve con perfecta normalidad que cada uno exprese su forma de vivir la sexualidad. De este modo, veinte años más tarde, empezaron a aparecer gran cantidad de discotecas gays diseminadas por toda la Isla. La no existencia de un “ghetto” es consecuencia de que toda la Isla sea frontalmente abierta.

Ciertamente la parte del casco antiguo de la ciudad es un poco más conservador, pero no pierde un ápice de interés en visitarlo. Pero si lo que se quiere es acudir a una playa gay, en ese caso Es Cavallet es la más conocida.

Otros referentes pueden ser Mykonos en Grecia o Sitges en Barcelona, pero Ibiza es único, y por eso ha sido el preferido durante muchos años. La capacidad de reinvención de la oferta turística a conseguido que además del turismo gay, el familiar y otros tipos se entremezclen en la isla.

La apertura sexual de la isla, el perfecto clima mediterráneo, el gran número de turistas de diferentes países, la mezcla de culturas, la creatividad y variedad en las ofertas de entretenimiento,y sobre todo la belleza de la Isla convierten a Ibiza en un lugar que no hay que perderse.