Hace casi 17 años la Unesco incluyó a Ibiza en la lista de los lugares considerados patrimonio de la humanidad por su biodiversidad y cultura. España es uno de los miembros mundiales con mayor cantidad de reconocimientos de este tipo por la Unesco, entre otros gracias a destinos como Eivissa. Porque ¡nuestro país hace otras cosas más allá de ganar en los deportes!

Ostentar este título es para las Pitiüses el mejor de los reclamos turísticos, una herramienta infalible para promocionar sus atractivos y alejarse lo justo –porque tampoco interesa hacerlo totalmente– del tópico extendido mundialmente de que Ibiza es un lugar de fiesta, sol y playa. Este reconocimiento se ha dejado notar en los últimos años en un incremento de otro tipo de viajero, que acude a disfrutar sus vacaciones haciendo turismo rural, cultural y/o deportivo.

¿Qué lugares han valido a Ibiza ser patrimonio de la humanidad desde finales de 1999?

En primer lugar, la acrópolis de Dalt Vila, el casco urbano de Ibiza en el que merece la pena perderse y embarcarse en la historia que hay detrás de cada uno de sus monumentos (su muralla, su catedral, su iglesia, sus baluartes, etc.). El centro de la ciudad es la mejor prueba de las diferentes culturas que pasaron por Eivissa: fenicios, cartagineses, romanos, musulmanes y catalanes. El Dalt Vila es, según la Unesco, la fortaleza mejor conservada del Mediterráneo. Se incluyeron en el reconocimiento los barrios extramuros de Marina, Sa Penya y Es Soto.

Le siguieron las praderas de posidonia oceánica del Parque Natural de Ses Salines, donde habita la mayor biodiversidad marina de la isla. Esta riqueza natural es una de las causantes de las aguas cristalinas y puras del mar que baña las playas de Ibiza y Formentera y un gran pulmón para mar y tierra que emite oxígeno a la atmósfera, una cantidad mayor que la aportan los bosques terrestres.

El tercer reconocimiento vino de la mano del asentamiento fenicio de Sa Caleta, muestra de los primeros asentamientos que se dieron en la isla. Se encuentra en la localidad de Sant Josep de sa Talaia, al sur de la isla. Los fenicios que se instalaron hacia el siglo VIII y VII a.C procedían del lugar que hoy conocemos como el Líbano.

Y por último, Puig des Molins, una necrópolis fenicio-púnica y ancestral cementerio de Eivissa, lugar donde se enterraban los cuerpos de los habitantes de Sa Caleta. Cuenta con unas 3.000 tumbas excavadas. Los hallazgos en este emplazamiento no han dejado de sucederse, desde cerámicas e imágenes religiosas hasta un busto de Tanit (diosa de la fertilidad) o un sarcófago de plomo.

Ibiza cuenta desde hace prácticamente dos décadas con cuatro bienes patrimonio de la humanidad premiados por su valor universal y singularidad. La isla se encuentra en el exclusivo grupo de lugares del mundo que atesora tantos elementos distintos con este reconocimiento.

No importa si has escogido Ibiza o Formentera como destino para tus vacaciones, en ambos casos estos cuatro puntos de interés son una parada obligatoria en tu viaje. Si estás alojado en Formentera, puedes cogerte uno de los ferrys buenos, bonitos y baratos de Aquabus y hacer una excursión de un día (o varias). ¿Te apuntas?