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10 Febrero 2018
Ciclismo y senderismo, el turismo ‘verde’ de Ibiza y Formentera
Ciclismo y senderismo, el turismo ‘verde’ de Ibiza y Formentera
Cada vez son más los visitantes que preguntan al personal de a bordo de la naviera Aquabus sobre la forma más ‘verde’ de visitar Ibiza y Formentera. La respuesta es compleja, pero sin duda el ciclismo y el senderismo se han situado los últimos años como las dos opciones más elegidas por el turista.
Estas dos modalidades deportivas son perfectas para disfrutar de la belleza natural de las islas pitiusas a la vez que se desplaza de una población a otra. Una dimensión nueva adquieren estas dos opciones ante la inminente limitación de la entrada de vehículos a Formentera. Por tamaño y orografía, la pitiusa sur es perfecta para recorrer a pie o en bici. En este sentido, el Consell de Formentera tiene marcadas 32 rutas verdes que estrenó en el año 2016 y que entrelazan un centenar de kilómetros, la mayoría de ellos accesibles para las dos ruedas. Estas vías recorren algunos de los puntos más interesantes de la isla y permiten observar toda la flora y fauna autóctonas, especialmente en s’Estany Pudent y ses Salines.
A excepción de la zona de la Mola, el resto de la isla es muy plana, por lo que se puede recorrer en un corto espacio de tiempo. Con un terreno monopolizado por la arena y las piedras, es recomendable llevar todo lo necesario para reparar posibles pinchazos y que nuestra estancia sea lo más agradable posible. Por lo que respecta al senderismo hay que tener cuidado con la arena y utilizar un buen calzado. Los más atrevidos encontrarán en el descenso del camino romano de la Mola una buena dosis de diversión.
Mientras, la isla de Ibiza ofrece un terreno mucho más escarpado y complejo, pero posee rutas para todos los públicos, desde los más experimentados a los ciclistas y ‘runners’ noveles. El Consell de Eivissa también posee una buena colección de rutas consolidadas. Una de las más bonitas y asequibles es la que una Platja d’en Bossa, centro neurálgico del ocio nocturno los últimos años, la torre de defensa de sa Sal Rossa y el parque natural de ses Salines. Una correlación de senderos llanos que discurren por la costa ibicenca aptos para todos los públicos. Asimismo, los pueblos de Sant Mateu y Santa Gertrudis también poseen una gran cantidad de senderos de poco desnivel y que atraviesan grandes extensiones de campos labrados con flora y fauna diversa. No obstante, también existen montes que harán las delicias de los más aventureros, como sa Talaia de Sant Josep, punto más alto de las Pitiüses, o las montañas de Sant Vicent de sa Cala, una de las zonas más vírgenes del territorio insular.