Hace unas semanas te contábamos lo que atrae a los amantes del buen comer cuando viajan a Ibiza; hoy es el turno de su vecina, Formentera. Los foodies viajeros tienen de nuevo una buena razón para acercarse a cualquiera de las “hermanitas” de las Islas Baleares para probar comida de la que deja buen sabor de boca aún habiendo dejado muy atrás la digestión –sin desmerecer, por supuesto– los platos mallorquines y menorquines.

Ambas comparten tradiciones culinarias y muchos de sus platos típicos, ingeniados especialmente en tiempos de escasez, en los que el pescado era el producto estrella, el más recurrido y aprovechable. La buena calidad del pescado en Formentera se deja ver en que, aún ahora, se utiliza en todos los platos, bien sea guisado, a la parrilla, frito, en arroces, etc. La preparación más característica es el pescado en salazón, una receta que cocinaban los fenicios y que se ha mantenido hasta la actualidad, visible en platos como la coca de pimiento y pescado seco o la ensalada pagesa.

Sin duda, el pescado y el marisco son manjares en Formentera. Desde el bullit de rajtada (pez raya guisada con almendra, fruto seco típico de la isla), el rape a la cassolana, la cazuela de bonito con hinojo y alcaparras y el bull d’anfos (hortalizas y vísceras del mero cocidas) hasta la caldereta de langosta con o sin calamares.

¿Una dieta rica y variada también en vacaciones? Formentera es la clave

La gastronomía formenterana es un excelente exponente de la cocina mediterránea, su ubicación en el Mare Nostrum tiene gran parte de “culpa”. Un ejemplo de ello es el sofrito pages, una delicia a base de tomate, cebolla, ajo y aceite que muestra una pasada influencia catalana sobre la isla. Además de los platos que mencionamos en el anterior post gastronómico, como las diversas recetas de arroz, la ensaimada o la sobrasada, destacan en Formentera otras preparaciones tan variadas como las mieles de tomillo y romero, los higos secados al sol o los licores de hierbas. También la salsa Mossona, una salsa que se asemeja a un turrón líquido de almendras y avellanas y que no falta en ningún hogar pitiuso en Navidad.

Sin embargo, la gastronomía de esta isla no sólo abarca el resultado final, también los ingredientes. Es el caso de la sal líquida de Formentera, que se elabora en las salinas de la isla -consideradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO- y que es muy recomendable para dietas cardiosaludables por su baja concentración de sodio.

A Formentera, con Aquabus

Como vemos, hay un amplio abanico donde elegir, bien sean en entrantes, primeros y segundos platos, postres o bebidas. ¡Dar vía libre a la gula con tantas posibilidades es una auténtica experiencia a vivir! La ventaja de que Ibiza y Formentera compartan muchos de sus platos tradicionales es la opción de probar cada uno de ellos en una isla diferente, moviéndote de una a otra con los ferrys de Aquabus.