Conocida como «el Caribe español» por sus extensas playas de arena blanca y sus aguas cálidas y cristalinas, Formentera es la isla ideal para aquellas personas que desean encontrar paz y tranquilidad en sus días de vacaciones, alejados del ajetreo que pueden encontrar en otros destinos más urbanizados y de otras islas con más ajetreo, gente y ruido. Alberga playas recomendables para ir en pareja, en un grupo reducido de amigos o incluso de manera individual.

En Formentera se respira un aire diferente, se recargan las pilas y se vuelve a casa con una energía completamente diferente.

Antigüedad

Formentera nunca ha sido tal y como la conocemos actualmente. Pese a lo que cualquiera pudiera pensar, y a pesar de su reducido tamaño, esta coqueta isla balear cuenta con una larga historia. Se considera que la primera presencia humana conocida en la isla data de la Edad de Bronce, cuando se construyó el famoso sepulcro megalítico de Ca na Costa, entre los años 1900 y 1600 a. C., y que se descubrió en 1974. Después de que los fenicios se instalaran en Ibiza, y después de permanecer despoblada algunas décadas, se tiene vestigios del paso de las culturas púnica y romana, tal y como en el caso de sus islas vecinas.

A partir de la conquista catalana

Después del periodo de dominación árabe en el siglo XI, las islas Pitiusas fueron conquistadas por las tropas catalanas en 1235. Una vez expulsada la población musulmana, y tras una serie de incursiones berberiscas, a partir del siglo XV se produjo en la isla una despoblación que duró hasta pasada la Edad Media y el Renacimiento, y donde Formentera pasó a contar únicamente con habitantes ocasionales.

A partir de finales del siglo XVI se dio el conocido como definitivo repoblamiento de la isla, realizado por la población ibicenca. En 1726 se erigiría la primera iglesia de Formentera, de la que ya os hemos hablado anteriormente, dedicada a San Francisco Javier.

De esa fecha en adelante se fueron creando núcleos de población entorno a las iglesias que se iban edificando, y hacia mediados del siglo XVIII Formentera ya contaba con más de cuatrocientos habitantes, superando los dos mil un siglo más tarde.

Los 60 y 70, Formentera tal y como la conocemos hoy

Lo que realmente marcó un antes y un después en la historia de Formentera fueron los años 60 y 70, momento del boom turístico, de la proliferación de los movimientos hippies y del auge del arte, la moda y la cultura de Ibiza.

Y, a día de hoy, Formentera ha conseguido mantener ciertos rasgos de aquellos años. La isla ha sabido conservar su carácter de isla poco explotada, de paisajes naturales y con limitaciones de establecimientos turísticos y locales, tan necesario para mantener el carácter genuino que tanto la caracteriza. Formentera no tiene aeropuerto, hecho que facilita este último aspecto, por lo que la única manera de llegar a la isla es por vía marítima, tal y como se hacía siglos atrás.

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